Música clásica

Para mi sorpresa, este verano ha supuesto mi vuelta a la música clásica. Creo que estoy en condiciones de disfrutarla como nunca antes dado el estado de mi espíritu, más sensible, más macerado. De todos modos, aun me quedan por delante largas batallas hasta conseguir, sino la audición perfecta, una que se le acerque, sin que se interponga el guirigay de mi mente. Ansío que llegue el día de una comunión total con la pieza musical que esté escuchando. Tengo ya pues el cóctel perfecto: cielo y nubes para mis ojos y Johann Sebastian Bach para mis oídos.